Para un buen descanso, tan importante como elegir un buen colchón lo es el disponer de una base adecuada que hará de soporte del mismo.
Una base en mal estado o inadecuada para el tipo de colchón hará que el descanso no sea óptimo y provocará el deterioro prematuro del colchón.
¿Y, qué base necesito?
Las condiciones que debe de cumplir la base de soporte del colchón son básicamente dos:
- Que sea plana y recta, es decir que no tenga hundimientos o deformaciones.
- Que sea adecuada para el tipo de colchón que tengamos.
Según el tipo de colchón, se recomienda usar:
- Colchones de muelle tradicional (muelle Bonnell, muelle contínuo, etc.): somier de lamas de madera o base tapizada. Pueden usar en principio cualquier tipo de base, siendo las más adecuadas las enumeradas anteriormente.
- Colchones de muelles ensacados: SIEMPRE con base tapizada. Precisan de una base contínua, sin huecos que puedan provocar falta de soporte en algunos de los muelles que componen el núcleo. El uso de un colchón de muelles ensacados con una base distinta puede provocar la anulación de la garantía del colchón.
- Colchones de espumaciones sin muelles (HR, Viscoelásticos, etc): somier de lamas de madera o base tapizada. Es importante tener en cuenta que las espumaciones no permiten una circulación interior de aire tan buena como los colchones que llevan muelles, por lo que si se usan con base tapizada, ésta debería tener agujeros de ventilación (todas nuestras bases los incorporan interiormente)
- Colchones de Látex: SIEMPRE con SOMIER DE LAMAS, preferiblemente somier multiláminas que además son más flexibles.